Leyendo unas cartas viejas

Un paseo por los, quizá olvidados, rincones del alma

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Año 1999
Óleo sobre tabla
146 x 114 cm

Obra inspirada en el soneto del mismo nombre del poeta portuense José Luis Tejada Peluffo (1927 – 1988) a cuya memoria está dedicada. Rememorar la serenidad que aporta la contemplación del pasado a través de una carta, es íntima e intransferible experiencia.

La pintura se ha puesto al servicio de la poesía para manifestar el innegable valor de la carta manuscrita como histórico documento portador de un mundo lírico, rico en las más íntimas sensaciones y emociones, determinantes en nuestra existencia.

Leyendo unas cartas viejas. 

El corazón aquí y aquí se estuvo…
Y aquí también … Y aquí. ¡Qué hartón de vida
tirada por los bordes desta herida en que otro corazón que me sostuvo!

Recuerdo arriba, adentro, me entro, subo,
leyendo, yendo en letra conocida
por un ayer que se me desolvida
hiriendo en desandar cuanto se anduvo.

Aquí se tuvo el querezón. Y pace,
cordial, cárdeno eral de sangre y yace
sobre, bajo este trebolar, defunto.

Una carta, el vivir, nunca acabada,
entinta, veniazul, desaforada,
que data y firma Dios y pone punto.

José Luis Tejada Peluffo
«Para andar conmigo». Madrid. Adonais 1962.

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«Cuentan que, desde que aprendí a expresarme verbalmente, manifesté un ferviente e inquebrantable deseo: PINTAR

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