Año 2000
Óleo sobre tabla
180 x 120 cm
Sentada en el borde de una antigua bañera del s.XIX, una ensimismada joven cubre con pudor su cuerpo desnudo con una toalla.
Al fondo, en el rincón derecho, simboliza lo masculino una Monstera deliciosa, conocida popularmente como costilla de Adán. Esta hermosa planta procedente de Méjico es muy utilizada para decorar los patios e interiores de las casas sevillanas.
El monopolio de la ciudad de Sevilla en la ruta comercial con América desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, en que la Casa de Contratación pasó a establecerse en Cádiz en 1.717, propició un rico intercambio cultural a bordo de los galeones españoles que llegaban por el Guadalquivir desde Veracruz, en el Golfo de Méjico.
En el suelo unos pétalos esparcidos y tres rosas simbolizan la juventud e inocencia que engalan el verdadero nombre de la modelo y que dió título a esta obra.
© María José Aguilar
