La Duda

En lo más profundo y secreto de una mujer, antes de contraer matrimonio, se suceden pensamientos y emociones inconfesables.

©®

Año 2010
Óleo sobre tabla
180 x 120 cm

Ante el inminente y definitivo compromiso de la celebración de la boda, se suceden en lo más profundo y secreto de una mujer, a punto de desposar, pensamientos y emociones inconfesables, que no son patrimonio del mundo femenino, pero sí alcanzan en ella su máxima y más desgarradora expresión. Su desventaja social y económica a lo largo de la historia frente al varón, en diferentes culturas y sociedades, la privaron y, aún hoy día, la privan de la primera y más esencial de las libertades: la libertad interna, otorgando un valor añadido a la secuencia de estos íntimos instantes que he intentado recoger en este cuadro.

Mi sensibilidad para con todas las mujeres que han sido, son y serán novias, con aquéllas que deseándolo no alcanzaron a culminar su sueño y, sobre todo, con aquellas que habiendo dado el paso de convertirse en amantes compañeras o esposas sufrieron y sufren el desengaño y la crueldad, costándoles incluso la vida. A ellas dedico de todo corazón el significado de esta obra.

 

Para alejar la desdicha,
dice la voz popular:
Una novia ha de llevar
un prendido de azahar
símbolo de su pureza,
algo nuevo, algo viejo,
algo prestado y algo azul.
No lucir perlas,
son lágrimas del mar,
que podrían derramarse,
Y el día de la boda
que no llueva,
el llanto de los cielos
es augurio de mal presagio.
Alégrate rosa
que ya llegó
el día de tu boda
y “el sol no espera”.
¿Por qué dudas?
Dice Teresa
que si quieres casarte,
por qué lo piensas.

© María José Aguilar

«Cuentan que, desde que aprendí a expresarme verbalmente, manifesté un ferviente e inquebrantable deseo: PINTAR

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